domingo, octubre 24, 2010

Una diosa en la pantalla

NO TIENES, Mesalina, quien te consuele en altas horas de la noche,
ni anillo de compromiso, ni cama trillada por besos,
ni carta apasionada con frases ardientes y tiernas,
ni marido ni hijo, ni amante joven o viejo...

Sin embargo, Mesalina, te gusta creer que eres amada,
¡que diosa del amor te consideran todos en efecto!
Mientes, y con el humo azul del cigarrillo te consuelas:
vana fama te acaricia... no es amor, Mesalina, por muchos ser deseada.

Alberto Blanco, El corazón del Instante, FCE, 1998.

No hay comentarios: